¿Es China para mí?
Si crees que China no te afecta, estás muy equivocado
Salen noticias en prensa y televisión, pero… más allá de unos planteamientos iniciales, uno suele quedarse con la duda hasta que pregunta. ¿Es China para mí, para mi empresa? Vamos a ver si podemos contestar a eso…
Compremos o vendamos, China aparece como visita obligada. ¿Por qué? Aunque los costes de fabricación y recursos humanos en el país hayan subido, haya guerras comerciales, los sistemas jurídico y social sean totalmente diferentes, aunque la propiedad intelectual siempre esté en peligro… puede tener ventajas de costes, distribución y de mercado.
Si crees que China no te afecta, estás muy equivocado. Resulta que los chinos no se quedan en casa. Pueden competir con tu producto en cualquier parte del mundo (y tendrán el apoyo de alguna administración china yendo a ferias, vendiendo por debajo de precio de coste, con formación o con subvenciones para google adwords). ¿Que tu producto es muy bueno y el chino no le llega a la suela del zapato? Hay muchos países donde una solución más barata o menos completa que la tuya ya les vendrá bien. Los chinos son muy buenos empaquetando y no tienen mayoritariamente el concepto de un buen servicio post-venta, pero están aprendiendo… rápido, y no todas las empresas chinas son iguales.
Si tu marca no es tan famosa como la Coca Cola, cualquier chino avispado la puede registrar en China y ponerla en cualquier producto. De ahí, al mundo. ¿Puedes enfrentarte a productos de todo tipo con tu marca registrada en China o, peor, con copias malas de tus productos no ya en tu mercado principal sino en cualquier parte? En China no podrás hacer nada porque será legal.
Si crees que China no te afecta, estás muy equivocado
Los chinos pueden tocar cualquier mercado, lo conozcan o no. Estarás de enhorabuena si tus clientes confían en tu marca y en tu calidad y se fían de tus estándares y no de los chinos, pero… innova. La mejor defensa es un buen ataque.
Puede que tu producto no le guste al potencial cliente chino, pero si las empresas chinas creen que pueden ganar dinero vendiendo un producto extranjero en cualquier otra parte, se pondrán a venderlo. Es posible que usen primero el “fake it till you make it” (cópialo hasta que lo hagas), pero su curva de aprendizaje en fabricación suele ser corta y el resultado no tiene porqué ser tan bueno como el tuyo, pero a muchos consumidores ya les valdrá así.
No hagas caso de esos formadores que dicen que, en la cultura china, se piensa a largo plazo, que hay que crear confianza primero. Los chinos te valoran por lo que tienes y tu fortaleza. Hay que ser fuerte, no prepotente. El chino compra porque le suena que la marca es famosa, o seria (la publicidad es importante). Con el socio chino… asegúrate primero de que lo necesitas legalmente. Mejor un colaborador o un empleado que un socio. Los empleados buenos para tu negocio no son becarios, quizás no hablen inglés, y, según dónde, costarán más que en España. Pero merecerá la pena. China requiere invertir tiempo, dinero y esfuerzo. China requiere asesorarse bien y hacer comprobaciones. Necesitas certificaciones, controles, papeleo, traducciones, personal o asesores, viajes…
Es posible que China no sea el futuro de tu negocio, pero tu futuro y el de tu negocio muy probablemente estarán más que afectados por la economía china y su peso.
Cooperación, armonía, negocio… no significan lo mismo para los chinos y para nosotros.
Quizás China no sea para ti, pero… deberías tenerla en cuenta y prepararte.