“Tenemos que hacer de Asturias un territorio más atractivo y más amable para la empresa”
"Debemos hacer ahora un esfuerzo importante para llevar a cabo la transformación que requiere la industria y preservar esta actividad que es determinante para la región".
Belarmino Feito (Somiedo, 1965) es un empresario forjado a sí mismo que desde un pequeño taller ha logrado crear una empresa, Asturfeito, de capital cien por cien asturiano, referencia internacional en el diseño y la fabricación de bienes de equipo de vanguardia tecnológica para sectores como oil & gas, instalaciones científicas y laboratorios de investigación, energía nuclear y energías renovables. En el año 2018, Feito llegó a la presidencia de la Federación Asturiana de Empresarios (FADE) convirtiéndose en el octavo presidente de la patronal asturiana.
¿Cuál es el sentir general de los empresarios para este 2021? ¿Se afronta el año con cierto optimismo?
2021 se afronta con preocupación porque la incertidumbre persiste. La crisis sanitaria está condicionando la actividad económica, y mientras que no se resuelva o se despeje el aspecto sanitario no tenemos ninguna certeza de cuándo volverá la normalidad. También me planteo que quizás tengamos que aprender a vivir en este escenario pandémico. En cualquier caso, el entorno económico está muy deteriorado, en cierto modo por los parones de actividad y las restricciones, prueba de ello es la constante revisión que se está haciendo de los indicadores económicos. El último el del FMI que reduce las previsiones de crecimiento para 2021 al 5,9%.
En el escenario de pandemia y de las distintas olas que estamos viviendo, los empresarios tenemos que asumir que esta es una situación coyuntural que no sabemos cuándo finalizará. Así que, sin desviar la atención sobre las necesarias medidas sanitarias y de seguridad que hay que aplicar en el ámbito laboral y en la vida diaria, no debemos esperar más y tenemos que plantear, desde este mismo momento, soluciones a los problemas precovid que amenazan la economía regional. No podemos pensar solo en modo Covid, porque si no, cuando esto finalice, solo quedarán cenizas. Llevamos casi un año en blanco en lo que se refiere a las políticas enfocadas a solucionar estos problemas que no podemos olvidar porque siguen ahí y, además, con la pandemia se están agravando lejos de corregirse. Hay que pasar a la acción, no podemos seguir esperando indefinidamente porque será demasiado tarde.
¿Qué acciones prioritarias le piden a la Administración?
Hay varios frentes. En lo que respecta a la pandemia y la actividad económica, nuestra principal reclamación es que se arbitren medidas económicas paralelas a las restricciones que garanticen la supervivencia de los sectores de actividad que están sufriendo un mayor impacto negativo con la pandemia. No se puede seguir poniendo en riesgo la continuidad de las empresas ni determinados sectores que, por decisión sanitaria y por el bien del interés general, tienen que cesar o reducir sensiblemente su actividad de forma obligatoria.
A la Administración también le pido que deje de escudarse en la Covid-19, y que, con urgencia, se ponga a trabajar en las amenazas y problemas que arrastra nuestra economía y nuestra región. Si seguimos esperando, podemos destruir la base de nuestra actividad económica y de nuestro bienestar. Entendemos que hay una dificultad presupuestaria que se ha agravado propiciada por la caída de actividad, la merma de los ingresos y el aumento del presupuesto sanitario. Lo que hay que hacer es reducir el gasto. Una buena parte del presupuesto lo consume la propia Administración. Tenemos una administración poco eficaz, desfasada y muy farragosa en los procesos, y necesita con urgencia modernizarse y digitalizarse para ser más ágil, más eficaz y a menor coste porque seguimos trabajando con tecnología de hace medio siglo. Hay que liberar partidas de gasto para poder invertir en economía productiva que mejore la actividad económica y, por consiguiente, mejore los ingresos de la propia Administración.
La solución a muchos de los problemas existentes en nuestra región, y anteriores a la pandemia, y sus posibles soluciones ya los plasmamos en el documento de "22 acciones para el progreso de Asturias" que, aún dos años después de haberlo publicado, sigue más vigente que nunca.
Las empresas que están en dificultades, ¿están recibiendo las ayudas necesarias en tiempo y forma?
Entendemos el esfuerzo presupuestario que se está haciendo desde el Gobierno del Principado de Asturias, pero, lamentablemente, también tenemos que decir que no es suficiente. Por eso insistimos, que, si hay que cerrar o paralizar actividad por el bien del interés general, también hay que ayudar a esos sectores, e impedir que muchas empresas entre en riesgo de desaparición. Vivimos tiempos extraordinarios, por tanto, hay que adoptar medidas extraordinarias y aplicar presupuestos extraordinarios.
Si tuviésemos que sintetizar las claves para reactivar la economía asturiana en tres puntos, ¿cuáles serían?
A mi juicio, empezaría por el primero y más relevante. Tenemos que hacer de Asturias un territorio más atractivo y más amable para la empresa y para el desarrollo de actividades empresariales. El modo de conseguirlo es dando solución a problemas como la conectividad, la fiscalidad, la formación, por citar algunos.
En segundo lugar, creo que Asturias debería posicionarse en el reparto de los fondos de la UE, porque esta inyección económica puede ser determinante para la transformación necesaria de nuestro tejido económico y empresarial. Es decir, la clave radica en un adecuado aprovechamiento de los Fondos Europeos, con un adecuado posicionamiento de las empresas asturianas, y de la mano del Gobierno, para desarrollar proyectos desde la colaboración público-privada.
Y, en tercer lugar, teniendo en cuenta que la industria es el motor principal de la economía asturiana, requiere un plan industrial riguroso, a largo plazo, que garantice su competitividad en el medio y largo plazo, para que pueda mantener su condición de motor económico.
¿Qué sabemos de los Fondos Europeos? ¿Vamos por el buen camino?
La única certeza que tenemos es que todavía hay mucha incertidumbre. Y digo esto porque, a día de hoy, el cuándo, el cómo y el cuánto están sin resolver, y esto está generando mucha inquietud en las empresas. A pesar de tener tantas incógnitas, seguimos avanzando. De todas formas, me preocupa que estemos depositando demasiadas expectativas en los fondos como si fueran a ser el bálsamo definitivo para Asturias. Está claro que ayudarán a suavizar, podemos tener muchos y buenos proyectos, pero si no se corrigen los problemas estructurales de Asturias, la capacidad de aprovechamiento de los fondos se va a ver mermada. Hay que seguir trabajando en ellos como estamos haciendo, no con la celeridad y efectividad que nos gustaría, porque todavía hay muchos flecos por resolver. Y no olvidemos que estos fondos también están sujetos a una serie de reformas que el Gobierno de España tiene que hacer, y aún no sabemos en qué consistirá la propuesta de Pedro Sánchez y como ésta va a afectar a la actividad económica.
Se habla de reinventar y reconstruir la economía regional, ¿debe ser el sector industrial la bandera de Asturias?
Hoy por hoy, la industria es el motor económico y así debe seguir siendo, porque es un sector tractor de actividad, que genera riqueza y empleo estable y de calidad. Como le decía antes, debemos hacer ahora un esfuerzo importante para llevar a cabo la transformación que requiere la industria y preservar esta actividad que es determinante para la región.
¿Qué cambios necesita el sector?
El sector industria es muy amplio y diverso, por un lado está la industria básica del aluminio, el zinc y el acero, con importantes hándicaps que superar como los costes energéticos, que no se han resuelto a través del estatuto; la problemática medioambiental, la compensación de costes indirectos, que tampoco se le está dado el mismo tratamiento que a nuestros competidores europeos, el acero, los ajustes en frontera y la sobrecapacidad instalada; o la industria auxiliar que va al albor de la industria básica. Por el contrario, la fabricación avanzada está bien posicionada, pero hay cierto temor ante los cambios porque hay que mantener esa posición de privilegio y competitividad. Ese es el reto que tiene este nicho de la industria, que las empresas asuman la transformación y especialización que exige el mercado, y que cada vez sean más las que lo hagan integradas en cadenas de valor para ganar en competitividad y en tamaño, porque ese sigue uno de los grandes hándicaps de la industria asturiana, que tenemos muy pocas empresas de tamaño medio.
Hace unos meses nos mostraba su preocupación por la situación de ArcelorMittal, ¿debemos preocuparnos realmente?
Mientras que no se solucionen los problemas que afectan a la competitividad de ArcelorMittal tenemos que estar preocupados. ArcelorMittal es una multinacional que, como cualquier empresa, cuando pierde competitividad tiene que adoptar medidas correctoras y más, en este caso, cuando existe un problema añadido de sobrecapacidad instalada. En el caso concreto de Asturias, por los plazos que se prevén para aplicar los ajustes en fronteras, los costes energéticos y los costes medioambientales, entre otros problemas, no se les está dando solución, y están agravando aún más nuestra posición. Lógicamente debemos estar preocupados.
Uno de los problemas viene asociado al coste de la energía, ¿cree que no se ha tenido en cuenta la singularidad de Asturias?
Quien tiene las competencias en materia energética no es el Gobierno del Principado de Asturias, sino el Gobierno de España, que, a través de sus decisiones, en esta y en otras materias, está mermando la capacidad competitiva de Asturias. Ahí es cuando el Ejecutivo del Principado creo que debería adoptar una posición más firme en defensa de los intereses de la región. Necesitamos un Gobierno que nos defienda y entendemos que el Gobierno de Barbón tiene una posición de interlocución de privilegio con el Gobierno de la nación, pero también le digo que, a la vista de lo ocurrido con el Estatuto para las Electrointensivas, la interlocución no está funcionando para dar con los resultados.
¿Cuáles son los retos de FADE para 2021?
En las circunstancias actuales hay dos ámbitos de actuación. Uno, lo que se refiere a toda la problemática sobrevenida por el coronavirus, en la que FADE tiene que continuar prestando apoyo a las empresas y autónomos como lo ha venido haciendo durante el último año. Y por otra parte, otro de los retos que se nos presenta es colocar en la agenda pública, en el debate público, y en conocimiento de todos los asturianos la actual situación socioeconómica, así como las medidas para la recuperación económica, para evitar la destrucción de tejido empresarial y de empleo, y así retomar la senda de crecimiento que sitúe a Asturias en los puestos de cabeza que se merece, y no en los vagones de cola en los que estamos por la falta de acción e inoperancia para resolver los problemas que nos acucian.