La solución pasa por la digitalización de la economía
La situación actual es inédita, un parón técnico de la economía que sólo se recuperará a base de exonerar impuestos a autónomos, pymes y empleados, reduciendo la burocracia de la Administración y ganando productividad robotizando y digitalizando masivamente los distintos actores económicos
Estamos viviendo un momento inédito para la generación actual, en el que el coronavirus no sólo está atacando la salud de las personas, sino que está haciendo enfermar los distintos actores económicos, y que sólo la tecnológica, es decir la robotización y la digitalización va a poder recuperar.
La economía está viéndose obligada a detenerse al dar positivo por coronavirus. Al igual que el coronavirus está infectando a las personas, lo está haciendo a los distintos sectores económicos.
Habrá grupos económicos que serán prácticamente asintomáticos, otros sufrirán momentos complicados, y otros sectores fallecerán y desaparecerán completamente del mercado.
No tenemos comparativa actual ni datos comparables a ninguna otra crisis que haya vivido previamente la humanidad, ni en las anteriores pandemias en las que no queda nadie vivo para contarlo ni épocas de postguerra algo más recientes, por lo que incertidumbre es muy elevada.
No es una crisis que se parezca en nada a la del 2008 en el que vivimos el pinchazo de la burbuja inmobiliaria y por tanto quebró solamente una parte del sistema por los excesos, pero que afectó a algunos del resto de sectores productivos.
Además, aquella crisis fue una crisis que afectó principalmente a la economía nacional, y las empresas que se internacionalizaron fueron capaces de salir reforzadas de aquella época. Situación que no se da en la actualidad, ya que el parón es mundial.
El plan de Banco Central Europeo está sin definir
El Plan del BCE (Banco Central Europeo) que ha anunciado la inyección de 750.000 millones de euros, que se suman a los añadidos 120.000 millones que dan 870.000 millones de euros que se dice desde Europa que se va a inyectar al sistema está aún muy verde, ya que aún no se han definido las medidas.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha anunciado que movilizará 200.000 millones de euros, es decir el 20% del PIB nacional, dicho de otra manera, el 20% de la riqueza que genera todas las empresas y personas juntas del país, para aportar soluciones para afrontar el problema inminente del parón de la economía, pero que no ha concretado en apenas medidas, sino en un conjunto de medidas propagandísticas aún por definir y concretar.
Ya se ha dejado entrever que están preparando algo parecido a un mega Plan E como en el desarrollado en la primera parte de la crisis inmobiliaria anterior, que siembre incertidumbre al imaginar en el tremendo déficit público y en el destino del mismo, probablemente en rentas, subsidios y subvenciones improductivas, que realimentan el problema al no haber inversión tecnológica.
De esos 200.000 millones de euros, que 100.000 € se van en avales para el crédito y endeudamiento, que se podrían obtener de la ayuda que propone el BCE pero que 83.000 millones será nuevo endeudamiento público, quedando 17.000 millones de euros disponibles para ERTES, ERES y prestaciones por desempleo, pero que una gran parte deberían emplearse en resetear la economía nacional, exonerar de impuestos a los autónomos y pymes que no pueden trabajar y por tanto facturar, pero sí tienen salarios, seguros sociales, impuestos y todo tipo de gastos fijos que pagar, y evitar la democratización de los expedientes (temporales) de regulación de empleo.
Las empresas son las que crean riqueza ya que son las que invierten, las que crean empleo, las que dinamizan la economía y por tanto la sociedad, no pueden asumir en solitario y sin ayuda este parón económico súbito sin precedentes como el que estamos viviendo. Si desaparecen, no hay capacidad de revertir en empleo el paro que se está creando exponencialmente.
La mayoría de las empresas van al día, 9 de cada 10 tienen menos de 10 empleados, tienen cierto grado de endeudamiento y no llegan a la mitad las que consiguen, en situaciones normales, llegar a obtener un balance económico positivo a fin de año.
Con este parón económico, serán muy escasas las empresas que sean capaces de dar beneficios a fin de año, que provocaría un bucle de falta de inversión y de reducción de gasto y por lo tanto, de un aumento sin precedentes del desempleo, que provoca más déficit público, y menos inversión pública que realimenta una más que previsible gran depresión económica a corto plazo.
El problema está en cómo pagamos impuestos, salarios, seguros sociales y gastos si no facturamos nada en las próximas semanas, y cómo generamos lo suficiente para seguir invirtiendo. Más del 80% de la economía y sectores productivos están detenidos, en parada técnica, mientras los gastos y los costes fijos comen sin remedio la tesorería de las empresas con el paso de las semanas.
A corto plazo, la seguridad de la tesorería la dan los vencimientos de las facturas emitidas recientemente, pero la cadena de ingresos se irá poco a poco debilitando por la menor o nula entrada de pedidos, que lleva a menores ingresos. Por otro lado, los gastos fijos e impuestos devoran la tesorería que lleva a la deuda, a los ERTES como paso previo de los ERES y los cierres.
La economía está detenida técnicamente, y está correctamente detenida ya que la emergencia sanitaria lo necesita, y es la dura medida que requiere salvar al sistema sanitario del desbordamiento por la llegada masiva de personas enfermas de coronavirus.
La recuperación de la actividad.
No hay nada a la vista que nos diga que el parón técnico se va a recuperar al día siguiente de volver a la normalidad, ya que la incertidumbre y desestabilidad que ha creado en el virus en la económica es enorme.
El Ejecutivo con sus dudas e improvisaciones y su negativa por el momento a exonerar impuestos y seguros sociales, sino a únicamente avalar a las pymes para que se endeuden para hacer frente a estos pagos, no hace más que sembrar más dudas y preocupaciones en las empresas y autónomos. La sociedad necesita un Ejecutivo que lidere la crisis, que sea convincente y seguro para trasladar seguridad a la sociedad, que es justo lo contrario a lo que estamos viviendo.
Es una pena, pero muchos de los ERTES se convertirán en ERES, muchas empresas de cierre obligado no volverán a abrir y los ERES acabarán convirtiéndose en cierres y concurso de acreedores.
No se puede prever una recuperación en V ya que se ha sembrado la incertidumbre en la sociedad.
Este parón, además no nos llega en buen momento. El crecimiento económico se había desacelerado, el Ejecutivo acababa de subir impuestos a las clases medias y altas, a las empresas y especialmente a los seguros sociales de los empleados y autónomos.
Partimos de una situación de mucho desempleo previo al COVID-19 de 3,2 millones de parados que nos dejan en muy malas condiciones para afrontar la supervivencia a corto plazo del tejido empresarial (no olvidemos, que España tenía 1,8 millones de parados en el 2008 cuando estalló la burbuja inmobiliaria)
Sólo las empresas más eficientes, las más digitalizadas y robotizadas, aquellas en los que sus modelos de negocio se basan en el conocimiento digital de su mercado y su cliente, serán capaces a adaptarse al nuevo cambio súbito del modelo económico que se nos viene encima.
La medida de los avales a las pymes tiene pinta que será un fracaso
Los avales a las pymes tiene pinta que va a ser un nuevo fracaso, y va a fracasar porque el Ejecutivo no sabe de la microeconomía: no sabe lo que es una empresa, lo que es cuadrar las cuentas cada mes, o financiar el pago del IVA que no has cobrado, no sabe lo que es contratar al primer empleado o tener que despedir a un empleado que te obliga a estar al empresario un trimestre sin cobrar por el importe de la indemnización, entre otras dificultades a las que se enfrentan las pymes en su día a día.
Los autónomos, micro-pymes, y muchas pymes van a evitar al máximo endeudarse aún más, por mucho aval que ofrece el Gobierno, porque no saben si lo podrán pagar porque no saben si serán capaces de vender algo próximamente y especialmente a cobrar ese servicio que van a dar o ese producto que puedan suministrar.
¿Cómo se reactiva una economía completamente parada?
Y los créditos hay que pagarlos, como todos los demás gastos, y reducirán en todo tipo de partidas, se apretarán el cinturón de muchas maneras, e indudablemente también les tocarán sufrirlo a los trabajadores.
Es la gran pregunta que todos se hacen, y mi propuesta la he respondido ya en parte:
- Exoneración del pago de impuestos, cuota de autónomos y seguros sociales a pymes, así como pagos de impuestos sobre la renta a determinados trabajadores durante cierto tiempo.
- Digitalizar y robotizar empresas y sectores económicos con urgencia para obtener eficiencia y productividad.
- Profunda transformación de la Administración, digitalizando procesos, eliminando duplicidades e ineficiencias, centralizando algunas competencias, y especialmente minimizando la burocracia y aportando la flexibilidad que demanda la sociedad.
El riesgo de que todo el empleo temporal pase a paro.
España tiene una tasa de empleo temporal bastante elevada. Aproximadamente, algo más de uno de cada cuatro empleados en el momento anterior al parón económico eran temporales, que alcanza una cifra de unos 5 millones de personas, que en el mejor de las estimaciones sólo medio de esos cinco millones conservará el empleo y se transformará en indefino en los próximos meses.
Declarar por ley como ha avisado al Ejecutivo que prohíbe expresamente a las empresas el despido y la no renovación de los contratos laborales temporales es la sentencia de muerte para las empresas que buscaban por esta vía, reducir sus costes fijos de unas estructuras para un nivel de actividad que ya no tienen en la actualidad.
Además, mientras que no exoneras del pago de impuestos y de los seguros sociales de esos empleados que ya no hacen falta, porque ya no entran pedidos al estar la economía parada técnicamente, haces involucionar más la economía, reducir la inversión y el consumo, porque bloqueas la capacidad de las empresas, les comes la tesorería y aumentas el riesgo de ruina económica.
Las empresas y especialmente la industria, se enfrenta a una situación que nunca se había dado: un parón súbito de la demanda, por lo que no tienen mercado al que abastecer sus manufacturas. Y es en este momento, aunque sea una apuesta arriesgada, es cuando hay que aprovechar para optimizar procesos, robotizar la actividad y digitalizar la empresa, ya que es la única manera de tener capacidad para adaptarse al cambio, conocer mejor al cliente y prever el incierto panorama de cada mercado después del parón técnico económico, y salir digitalmente reforzado de esta crisis súbita del coronavirus.